viernes, 7 de junio de 2013

EL MOBBING O ACOSO PSICOLÓGICO EN EL TRABAJO

EL MOBBING O ACOSO PSICOLÓGICO EN EL TRABAJO

El mobbing se refiere a la falta de respeto y de consideración del derecho a la dignidad del trabajador como un elemento relevante o sustancial de la relación laboral. Después de estudios la definición más concreta que se estableció, fue: aquel continuado y deliberado maltrato verbal y modal que recibe un trabajador por parte de otro u otros, que se comportan con él cruelmente con el objeto de lograr su aniquilación o destrucción psicológica y/u obtener su salida de la organización o su sometimiento a través de diferentes procedimientos ilegales, ilícitos, o ajenos a un trato respetuoso o humanitario, y que atentan contra la dignidad del trabajador.


Su objetivo es habitualmente intimidar, apocar, reducir, aplanar, amedrentar y consumir emocional e intelectualmente a la víctima, con vistas a eliminarla de la organización y satisfacer la necesidad insaciable de agredir, controlar y destruir que suele presentar el hostigador.

Los tres criterios diagnósticos más comunes que sirven para dilucidar si estamos o no ante casos de mobbing son: La existencia de una o más de las conductas de hostigamiento internacionalmente reconocidas por la investigación. La repetición de las conductas de hostigamiento o frecuencia de los comportamientos de hostigamiento una vez o más a la semana. La duración del hostigamiento como un proceso que se presenta a lo largo de un período mínimo de seis meses y que, por tanto, no responde a una acción puntual o esporádica. La concurrencia de estas tres características señala la existencia de un trabajador sometido a un proceso de persecución laboral conocido como acoso psicológico en el trabajo o mobbing.

Con respecto a este tema, el hecho de que no veamos como tal la agresión de manera física persona a persona, tiende a que las personas no se den cuenta y lo tomen como un problema banal, en donde aún afectan más al afectado por que no tiene las atenciones debidas e incluso se le considera como un incompetente que no aguanta nada. El hecho de que se trate con adultos también es un factor ya que por la misma madurez no se cree que se haga este tipo de comportamiento entre personas mayores que ya razonan y entienden las labores de un trabajo.

En muchas ocasiones es tanta la aplicabilidad del mobbing que las personas terminan haciendo mal su trabajo y creyéndose que son malos trabajadores, lo cual proyectan en su persona y no crean una buena imagen de ellos mismos, regularmente se da por los celos que le tienen los otros trabajadores a la capacidad extraordinaria que tiene el otro trabajador, puede ser por el hecho de no aceptar entrar en determinado grupo.

Las personas que lo aplican regularmente hacen esto: Forzarle a un cambio de turno o de puesto de trabajo. Exigirle a aceptar condiciones determinadas que le obliguen a jubilarse anticipadamente. Obligarle a admitir una reducción de su salario o de sus condiciones retributivas contractuales. Coaccionarle para que renuncie al ejercicio o a la defensa jurídica de un derecho que le corresponde. Forzarle a que solicite una excedencia o un traslado a otro centro de trabajo.

Regularmente a la víctima también se le cataloga como el culpable ya que por la culpa de él, las personas que son compañeros de trabajo sintieron celos y demás por cual empezaron a aplicarle el mobbing. La calidad del trabajo y la eficacia de la víctima se ven alteradas a la baja, proporcionándole nuevos argumentos al acosador para seguir justificando su agresión e incrementar perversamente la percepción pública de que se trata de un castigo merecido debido a la baja productividad o a los comportamientos erráticos que el daño psicológico y físico le producen.

Las cosas que le generan al afectado son diversas pero generalmente el autoestima es golpeado y va a la baja, eso incrementa el estrés y la frustración, haciendo que todo se vaya a la baja, trabajo, producción, todo lo que había conseguido con su esfuerzo. Los efectos pueden ser tanto psicológicos como físicos, van desde nauseas, mareos, dolores de estómago, dolores de espalda, llantos, desesperación, insomnio, caída de cabello por el estrés, mal carácter, irritación, entre otros.

El perfil de la víctima del mobbing es regularmente aquella que está dando una buena imagen, líder de grupo, emprendedor, aquel  que parece que todo le sale bien y siempre tiene una sonrisa en la cara para dirigirse a los demás, se le considera por el jefe, realiza buenas acciones, muchas de las personas pueden decir que “quiere quedar bien”.

El mobbing es un fenómeno que señala la existencia de un problema en la forma de organizar el trabajo, de asignar los recursos humanos, de seleccionar o promocionar a los directivos clave, o en lo que se refiere a los valores, la cultura y el estilo de management de la organización en la que se produce. A la organización le resulta muy difícil reconocer la existencia del mobbing en su seno y tiende a mirar hacia otro lado, negándose a ver un problema que le resulta incómodo y disonante con la complaciente opinión que muchos directivos tienen de sí mismos y de la gestión de las organizaciones que dirigen.

Delincuencia juvenil

Delincuencia juvenil

En esta lectura nos habla de las apariciones de la violencia en los jóvenes en donde tenemos que dar una mirada hacia atrás de sus respectivas vidas para entender el porqué del comportamiento que se está manifestando. Se trata de  hacer simplificaciones con respecto a los factores específicos que causan la conducta delictiva, ya que ésta surge en función de influencias múltiples.

Hay varios factores por los cuales se puede abordar la problemática uno de ellos es que el sujeto tiene malas calificaciones y conductas en la escuela, lo cual puede llevar a que en un futuro en la calle se comporte de la misma manera que se comportó en un salón de clases. Aquí es donde se muestran con temperamento fuerte, poca dedicación, indisciplina, conductas violentas, e impulsivas.

Son personas con problemas para relacionarse, que no entienden lo que sienten las otras personas, y que no les importa los actos que cometen, por el hecho de ser impulsivos no se detienen a pensar en las consecuencias de sus actos,  regularmente sus ideas son cerradas y no tienen la capacidad para solucionar problemas, tienen un pobre razonamiento crítico y emocional. El comportamiento de muchos delincuentes muestra una escasa valoración crítica de la información que tienen acerca de las posibles recompensas y riesgos de sus acciones. Tampoco saben evaluar el origen de sus sensaciones. De hecho, muchos jóvenes antisociales operan a partir de creencias absolutas más que de hipótesis, asumen que son absolutamente verdaderas y se aferran a ellas, no viéndose afectados por las opiniones de los demás.




En el factor social, se basa en los diferentes lugares en los que has interactuado con más personas, como la familia, escuela, calle etc. Se dice que la familia es la predicción de la conducta delictiva, la conducta de los padres es primordial en el comportamiento a futuro de los hijos, la rectitud que tienen para enseñar, o el dejar que los hijos hagan lo que quieran, la comunicación es un factor importante. Debemos intervenir en la familia para evitar la posibilidad de que problemas precoces de conducta en la infancia se transformen con el tiempo en comportamiento delictivo: por ejemplo, creando lazos afectivos que proporcionen la atención y apoyo emocional que necesita el niño, enseñando a los padres pautas de crianza y reglas claras, sólidas y competentes, y estimulando la comunicación abierta entre los miembros de la familia 


También podemos observar que todos estos factores tanto personales, de familia, escuela y otros, tienen relaciones en común de las cuales se puede desarrollar la violencia, y entender que no precisamente solo se realizará en un solo contexto. La violencia se puede desarrollar en varios contextos y al mismo tiempo.
Independientemente de las numerosas interpretaciones y variables que acompañan a la definición de conducta delictiva, constituyen actos que atentan contra las normas sociales y los derechos de los demás. El comportamiento del delincuente le sitúa en conflicto con la sociedad. Crece a un ritmo importante el número de delitos y violencia en la edad juvenil. La evidencia es contundente al señalar que este tipo de comportamiento está asociado a otras conductas problemáticas que convierten al sujeto en una persona con dificultades sociales y personales, además de ser un precursor de la delincuencia adulta